La lectura
Ilustración de Francisco Lezcano Lezcano
Se levantó de la silla en medio de tímidos aplausos y se situó de pie frente al micrófono. Nadie le dijo que para llegar a ser escritor tuviera que también ser actor e interpretar sus textos ante un público muy poco entregado. La verdad es que nadie le dijo nada y ahora ya no podía dar marcha atrás. Allí estaba, situado ante un grupo de gente dispuesto a valorar su texto como si fuera el flamante jurado del premio Nacional de Literatura, emulando a expertos filólogos, jugando a ser aventajados escritores con cientos de reconocimientos a sus espaldas, la crème de la crème de la escritura universal.
La brillante luz del foco le daba directamente en la cara y apenas podía leer con claridad lo que había escrito la noche anterior en el papel. Aún así tenía que leer. Sabía que su vida…
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