Sabor a tierra
Sintió un sabor extraño en su boca. Le dolía todo el cuerpo. Intentó moverse pero sus extremidades no respondían a la orden que le daba su mente. Tierra. Era tierra lo que tenía en la boca. Intentó escupir ese sabor pastoso y seco que aprisionaba su lengua. Pero no tenía saliva con la que revolver aquel amasijo de sequedad confuso y áspero. Entonces, percibió un nuevo sabor: sangre. ¿Sangraba? Se asustó. Intentó abrir los ojos. Sus párpados estaban pesados, empecinados en permanecer herméticamente cerrados. Por más que lo intentó no pudo moverlos ni un ápice; debajo de ellos unas córneas se movían rápidas de un lado a otro. Intentó serenarse. Agudizó el oído. Un silencio sepulcral le rodeaba. Pero, ¿dónde estaba? ¿por qué no podía moverse? ¿qué había pasado?
Intentó recordar cómo había llegado hasta allí. Pero no sabía ni siquiera dónde era ese allí. De…
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