El vestido
Se veía estupenda con aquel vestido de colores chillones. Tela africana con extraños y sinuosos dibujos que jugaban a captar la atención de cualquier ojo humano. Azules estridentes, amarillos brillantes, anaranjados pasionales, verdes de sabana africana. Toda una mezcla de colores que hacían de aquella tela la más especial de la tienda. Calculó los metros y corrió a hacerse el vestido sentada en la máquina de coser heredada de su madre. Una singer especial, con pie de hierro forjado, una reliquia que convertía cualquier trozo de tela en el más espléndido de todos los vestidos.
Trabajó día y noche durante tres jornadas, y por fin, se lo vistió. Frente al espejo se vio diferente. Sintió cómo la fuerza de las bestias africanas comenzaban a galopar por sus venas. El vigor de la elefanta trepaba por sus muslos. La ferocidad del leona mordía su sexo. La agilidad de la…
Ver la entrada original 1.240 palabras más