Las casas-museos y sus moradores literarios (Crónicas)

Inicio nueva colaboración en el diario Infonortedigital. La he titulado ‘Las casas-museos y sus moradores literarios. Un recorrido personal’

Te dejo por aquí la Presentación y el enlace a la primera de las crónicas:

Rosalía de Castro: “Abrid esa ventana que quiero ver el mar”

Las casas-museos y sus moradores literarios. Un recorrido personal.

Presentación

Siempre he pensado que visitar la casa donde nació, vivió o falleció una persona a la que admiras por su trayectoria literaria o intelectual, responde no tanto al deseo de conocer más en profundidad su obra sino más bien al íntimo anhelo de poder admirar en persona la libreta donde escribió sus primeros versos, la máquina de escribir donde tecleó su novela más renombrada o curiosear en las estanterías de los libros que le inspiraron.

Durante los últimos años, la elección de mis destinos vacacionales ha estado íntimamente vinculada a aquellas ciudades que acogen las antiguas residencias de mis escritoras y escritores preferidos, muchas convertidas en casas-museos, en las que se ofrece al visitante la oportunidad de adentrarse en la vida y obra del ilustre personaje que la habitó en su momento.

Lo reconozco: siempre me han fascinado las casas-museos y no solo por lo que sin duda constituye una dosis de cierta idolatría hacia el personaje en cuestión, sino porque me ofrece la oportunidad de respirar a través de mi propia piel los espacios que ellas y ellos habitaron en algún momento de sus vidas; de hacer esos espacios, en definitiva, un poco míos.

En mi adolescencia nunca fui una gran fan de grupos musicales como muchos de mis amigos y, sin embargo, con la edad, me he ido transformado en una auténtica entusiasta de esas personas que han logrado hacer de la palabra un sendero a través del cual acercarse a la permanencia, rozar la inmortalidad.

Desde luego, no soy ajena al hecho de que algunas de estas instalaciones no corresponden en absoluto al espacio original en el que la escritora o el escritor en cuestión residió, ya que, con frecuencia, los inmuebles se han visto sometidos a todo tipo de transformaciones, bien por haber sido víctimas del más irresponsable abandono o de extrañas reestructuraciones con el fin de hacerlas visitables al público, en ocasiones con tan variadas mutaciones que han perdido cualquier atisbo parecido al espacio que viviera su célebre habitante.

Y, sin embargo, para mí suelen ser estancias igualmente evocadoras, ya que poco me importan las paredes que dan cobijo a la casa-museo; lo que de verdad me atrapa es el conjunto de elementos que los convierten en espacios únicos y entrañables: los libros, las plumas, las máquinas de escribir, las fotos, las libretas, los folios manuscritos,… todos esos pequeños detalles que logran transportarte suavemente de la mano para llevarte hacia un instructivo recorrido por su vida.

Como podrán imaginar tampoco soy ajena al interés comercial y turístico que para cualquier ciudad supone contar con una casa-museo de un vecino ilustre, una iniciativa que no solo comparto, sino que aplaudo con vehemencia porque soy de la opinión de que el pueblo que reconoce a los suyos se engrandece como tal.

El caso es que de esta personal fascinación por las moradas de mis literatas y literatos preferidos nace esta sección en Infonortedigital en forma de pequeñas crónicas, en las que iré exponiendo lo que han supuesto para mí las visitas a las diferentes casas-museos de autoras y autores literarios a los que admiro y, en algunos casos, venero con auténtica devoción.

A lo que aspiro con la sección ‘Las casas-museos y sus moradores literarios. Un recorrido personal’ es precisamente a eso: a plasmar lo que han supuesto para mí las visitas a estos espacios, a la vez que pretendo animar a los lectores a recorrer las distintas casas-museos para que puedan vivir en primera persona la maravillosa experiencia de adentrarse en la intimidad de estos y estas grandes de la literatura.

Por suerte aún me quedan muchas casas-museos por visitar; una agradable labor que continuaré realizando, en la medida de lo posible aprovechando mis periodos vacacionales, con el único fin de continuar descubriendo lo que las casas-museos de mis más admirados literatos me quieran mostrar. Esa será mi particular forma de hacerlos a todas y a todos trascendentes para mí y para el público lector de estas líneas.

Espero que les agrade el paseo que realizaremos juntos por las distintas casas-museos. Pasen y lean. Quedan todos y todas invitados.


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